Día 9 - Corazón de Jesús- Modelo de desprendimiento


Oración introductoria de cada día
Corazón amantisimo de Jesús digno de todo amor y de toda mi adoración; movido por el deseo de reparar y de lavar las ofensas graves y numerosas hechas contra ti, y para evitar que yo mismo me manche de la culpa ingrato, te ofrezco y te consagro enteramente mi corazón, mis afectos, mi trabajo y todo mi ser.

Por cuanto son pobres mis méritos, ¡oh Jesús!, te ofrezco mis oraciones, mis actos de penitencia, de humildad, de obediencia y de las demás virtudes que practicaré hoy y durante mi vida entera hasta el último suspiro.

Propongo hacer todo por tu gloria, por tu amor y para consolar a tu Corazón. Te suplico aceptes mi humilde ofrecimiento por las manos purísimas de tu Madre y Madre mía Maria.

Dispón de mí y de mis cosas,Señor,según el beneplácito de tu Corazón. Amén.

P. León Dehón


9. -EL PECADO VENIAL

En el tribunal de Anás, Jesús recibe una bofetada de un siervo y en la humildad de su Coraz6n exclama: El pecado venial deliberado es una bofetada a Jesús; no lo pone en la cruz como el pecado mortal, pero es siempre un agravio, una injusticia, una ofensa.

¿Qué diríamos de un criado que obedeciese los mandatos del amo, pero despreciase sus deseos Y sus consejos? ¿Qué diríamos de un hijo que diese una bofetada a su madre? Nosotros hacernos algo peor con Jesús cuando cometemos el pecado venial.


DÍA 09: DÍA DE GENEROSIDAD

“Quiero valerme de tu miseria para salvar las almas, no me niegues nada. Consuélame, recuerda que Yo no he omitido nada para demostrarte mi amor... Cuanto más generosa seas conmigo, más generoso seré Yo contigo.

Cuando el alma tiene generosidad bastante para darme gloria en lo que le pido, recoge un gran tesoro para sí y para las almas y aparta a muchos del camino de la perdición.”

TU ALMA RESPONDE ASÍ A JESÚS:
Corazón de mi Amado Jesús:

Que no rehúse nada a tu Corazón.
Que no omita nada para demostrarte mi amor.
Que no te resista nunca.
Aumenta en mí la sed del celo por las almas.
Que te salve muchas almas.
Que este deseo me consuma.

PRÁCTICA PARA ESTE DÍA:

Procura hoy no negarle nada a Nuestro Señor. Si te pide una parte, dale el todo.



EL SAGRADO CORAZÓN, MODELO DE DESPRENDIMIENTO

La virtud que quiere enseñarte hoy, alma mía, el Sagrado Corazón de Jesús, es la muy heroica del desprendimiento. Tan desprendido de todo lo humano es tuvo el Sagrado Corazón, que nada ejercía sobre él peso, ni influencia alguna, como no fuese la voluntad de su Padre celestial.
Estuvo desprendido de todo interés material, hasta el punto de nacer privado de todo, en una cueva, y morir desnudo de todo, en la cruz y en el intermedio de su vida, nunca tuvo cosa que llamase suya. Las limosnas que le daba la piedad de los fieles, volvíalas El a los pobres, o las depositaba en poder de sus discípulos.

En cuanto a los afectos de sangre, ninguno de ellos embarazó para nada la libertad y desprendimiento del adorable Corazón de Jesús. Niño aún, deja a su Madre y San José y se separa por tres días de su dulce compañía y si éstos se atreven a formular una queja "¿No sabéis, les dice, que a Mí me toca atender primero a las cosas de mi Padre celestial?".
¡Oh sublime libertad de espíritu! ¡Oh total desprendimiento de lazos humanos! ¡Oh soberana independencia del corazón entregado únicamente a Dios!
Medítese unos minutos.

II
No es así ¡oh Jesús mío! mi pobre corazón, esclavo de tantos señores y atado a tan miserables cadenas, que de todas partes detienen su vuelo hacia Dios.
Me ata el amor a los bienes temporales, me ata el ansia por las comodidades de mi persona; me ata el afecto exagerado a los amigos. Mi corazón ha echado tan profundas raíces en esta tierra vil que le rodea, que no sabe vivir sino con ella y por ella. Y así como la planta se nutre y forma de los jugos que bebe del suelo por medio de sus raíces, así mi corazón vive y se nutre sólo de la miseria del mundo por medio de los mil y un afectos que le tienen atado a él.

¡Oh! Desarraigad, Jesús mío, desarraigad mi alma de esta tierra de pecado, donde no crece, ni medra como debiera sólo para Vos. Viva yo en este mundo sólo corporalmente, pero viva espiritualmente fuera de él. No me llenen afectos humanos a mí, que estoy llamado a poseer un objeto divino. Haced que encuentre amargura y desabrimiento en todo lo que no seáis Vos, para que no se pegue mi corazón más que a Vos.
Si con Vos tan sólo he de reinar eternamente, ¿Cómo soy tan fácil en entregar mi corazón a esas tristes criaturas que tan presto he de abandonar?
Medítese, y pídase la gracia particular.


UN CANTO A MI AMADO:

“El que canta ora dos veces”, decía San Agustín.
El canto es el afecto del corazón hecho música. Una hermosa manifestación hacia el ser amado.

Salmo de alabanza

1 ¡Aleluya! Alabad a Dios en su santuario;
alabadle en su majestuoso firmamento.
2 Alabadle por sus hechos poderosos;
alabadle según la excelencia de su grandeza.
3 Alabadle con sonido de trompeta;
alabadle con arpa y lira.
4 Alabadle con pandero y danza;
alabadle con instrumentos de cuerda y flauta.
5 Alabadle con címbalos sonoros;
alabadle con címbalos resonantes.
6 Todo lo que respira alabe al SEÑOR.
¡Aleluya!


ENAMORARME
Abel Zavala

Quiero entregarte mis sueños,
tu voluntad haz en ellos.
Mi corazón te lo entrego,
enamorarme de Ti.

Quiero aprender a escucharte,
quiero saber qué es amarte.
De tu verdad yo saciarme,
enamorarme de Ti, Señor.

Que tu presencia me inunde,
haz de mi un hombre nuevo.

Cámbiame,
renuévame.

Enamorarme,
enamorarme de Ti, Señor


ORACIÓN Y ACTO DE CONSAGRACIÓN
Rendido a vuestros pies, oh Jesús mío, considerando las inefables muestras de amor que me habéis dado y las sublimes lecciones que me enseña de continuo vuestro adorabilísimo Corazón, os pido humildemente la gracia de conoceros, amaros y serviros como fiel discípulo vuestro, para hacerme digno de las mercedes y bendiciones que generoso concedéis a los que de veras os conocen, aman y sirven.

¡Mirad que soy muy pobre, dulcísimo Jesús, y necesito de Vos, como el mendigo de la limosna que el rico le ha de dar! Mirad que soy muy rudo, oh soberano Maestro, y necesito de vuestras divinas enseñanzas, para luz y guía de mi ignorancia! ¡Mirad que soy muy débil, oh poderosísimo amparo de los flacos y caigo a cada paso, y necesito apoyarme en Vos para no desfallecer! Sedlo todo para mí, Sagrado Corazón: socorro de mi miseria, lumbre de mis ojos, báculo de mis pasos, remedio de mis males, auxilio en toda necesidad. De Vos lo espera todo mi pobre corazón. Vos lo alentasteis y convidáisteis cuando con tan tiernos acentos, dijisteis repetidas veces en vuestro Evangelio: Venid a Mí,... Aprended de Mí... Pedid, llamad... A las puertas de vuestro Corazón vengo pues hoy, y llamo, y pido, y espero. Del mío os hago, oh Señor, firme, :formal y decidida entrega. Tomadlo Vos, y dadme en cambio lo que sabéis me ha de hacer bueno en la tierra y dichoso en la eternidad. Amén.

Aquí se rezará tres veces el Padre Nuestro, Ave Maria y Gloria, en recuerdo de las tres insignias, cruz, corona y herida de la lanza, con que se apareció el Sagrado Corazón a Santa Margarita María Alacoque.