Día 11 - Corazón de Jesús- Rey y Centro de todos los corazones




Oración introductoria de cada día

Corazón amantisimo de Jesús digno de todo amor y de toda mi adoración; movido por el deseo de reparar y de lavar las ofensas graves y numerosas hechas contra ti, y para evitar que yo mismo me manche de la culpa ingrato, te ofrezco y te consagro enteramente mi corazón, mis afectos, mi trabajo y todo mi ser.

Por cuanto son pobres mis méritos, ¡oh Jesús!, te ofrezco mis oraciones, mis actos de penitencia, de humildad, de obediencia y de las demás virtudes que practicaré hoy y durante mi vida entera hasta el último suspiro.

Propongo hacer todo por tu gloria, por tu amor y para consolar a tu Corazón. Te suplico aceptes mi humilde ofrecimiento por las manos purísimas de tu Madre y Madre mía Maria.

Dispón de mí y de mis cosas,Señor,según el beneplácito de tu Corazón. Amén.

P. León Dehón


11.-EL RESPETO HUMANO

A Jesús no le valen las medias tintas, las almas insípidas Él quiere cristianos solo de una pieza; tiene el corazón abierto para todos, también para los corazones más obstinados, pero no quiere saber nada del respeto humano. Muchas veces nos ha dicho que no podemos servir a Dios y al mundo. Él ha hablado claro que, si queremos contentar al mundo, no estamos con Él, estaremos en contra de Él.

Tú sabes que ciertas amistades con un continuo peligro para el alma y comprendes que no te dejan tranquila la conciencia y no te sientes con fuerza de romper esa triste cadena. ¿Cuántas veces no has observado los preceptos de la Iglesia por no huir de las críticas de alguna mala lengua?



DÍA 11: DÍA DE ABANDONO

Es tanto lo que me agrada un alma cuando se abandona a Mi de verdad, que aunque esté llena de imperfecciones y miserias hago de ella un cielo donde me deleito en morar.
Debes de tener siempre presente tu nada y tus miserias... Ama nada temas. Yo quiero lo que tú no quieres, pero puedo lo que tú no puedes. A ti no te toca elegir, abandónate... No necesito tus fuerzas, lo que necesito es tu abandono.

TU ALMA RESPONDE ASÍ A JESÚS:

Corazón de mi Amado Jesús:

Soy pobre pero Tú eres rico.
Soy débil pero Tú eres fuerte.
Deseo corresponder a tus planes con mi docilidad y abandono.
Todo lo espero de Ti, no puedes negarme nada.
Me abandono a tu amor y a tu misericordia.
Cuida de mi.


PRÁCTICA PARA ESTE DÍA:

Haz una visita extraordinaria al Santísimo y en ella abandónate todo entero a Nuestro Señor y contigo todas tus cosas.

ORACIÓN:

Alma de Cristo, santifícame. Cuerpo de Cristo, sálvame. Sangre de Cristo, embriágame. Agua del costado de Cristo, lávame. Pasión de Cristo, confórtame. ¡Oh, buen Jesús! óyeme. Dentro de tus llagas, escóndeme. No permitas que me aparte de Ti. Del maligno enemigo, defiéndeme. En la hora de mi muerte, llámame. Y mándame ir a Ti. Para que con tus ángeles y tus santos te alabe. Por los siglos de los siglos.
Amén.

UN CANTO A MI AMADO:

“El que canta ora dos veces”, decía San Agustín.

El canto es el afecto del corazón hecho música. Una hermosa manifestación hacia el ser amado.

Salmos 150
Salmo de alabanza

1 ¡Aleluya! Alabad a Dios en su santuario;
alabadle en su majestuoso firmamento.
2 Alabadle por sus hechos poderosos;
alabadle según la excelencia de su grandeza.
3 Alabadle con sonido de trompeta;
alabadle con arpa y lira.
4 Alabadle con pandero y danza;
alabadle con instrumentos de cuerda y flauta.
5 Alabadle con címbalos sonoros;
alabadle con címbalos resonantes.
6 Todo lo que respira alabe al SEÑOR.
¡Aleluya!


ADORAMOS AL
REY DE LA GLORIA

Krasia May

En su trono de gracia él está,
tan sublime y majestuoso, lleno de gloria.
Todo le está sujeto, principados y autoridad,
su trono firme está, nada le moverá.
Su trono firme está, por siempre reinará

Y adoramos al Rey de la Gloria,
exaltamos al Señor de Señores,
tributamos reverencia al Cordero.
Proclamamos a Jesucristo como el Rey,
proclamamos a Jesucristo como el Rey.

En su trono de gracia él está,
tan sublime y majestuoso, lleno de gloria.
Todo le está sujeto, principados y autoridad,
su trono firme está, nada le moverá.
Su trono firme está, por siempre reinará.

Y adoramos al Rey de la Gloria,
exaltamos al Señor de Señores,
tributamos reverencia al Cordero.
Proclamamos a Jesucristo como el Rey,
proclamamos a Jesucristo como el Rey.

Y adoramos al Rey de la Gloria,
exaltamos al Señor de Señores,
tributamos reverencia al Cordero.
Proclamamos a Jesucristo como el Rey.