Por cuanto son pobres mis méritos, ¡oh Jesús!, te ofrezco mis oraciones, mis actos de penitencia, de humildad, de obediencia y de las demás virtudes que practicaré hoy y durante mi vida entera hasta el último suspiro.
Propongo hacer todo por tu gloria, por tu amor y para consolar a tu Corazón. Te suplico aceptes mi humilde ofrecimiento por las manos purísimas de tu Madre y Madre mía Maria.
Dispón de mí y de mis cosas,Señor,según el beneplácito de tu Corazón. Amén.
P. León Dehón
Día 12.-LA CONFESIÓN
El Corazón de Jesús es un corazón de padre y como el padre está siempre dispuesto a perdonar las culpas del hijo; el Corazón de Jesús quiere hallar el medio con el que tú puedes encontrar siempre el perdón de tus pecados.
Le presentaron a Jesús 1 0 leprosos y Él les dijo: "Id a presentaros a los sacerdotes". Ellos obedecieron y fueron curados. Jesús quiere así prepararnos con el sacramento de la Penitencia que instituyó cuando dijo a sus discípulos: "Recibid el espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados les serán perdonados; a quienes se los retengáis les serán retenidos".
El mismo Concilio de Trento llama a la confesión segunda tabla de salvación después del naufragio. ¿Y tú no la estimas?
DÍA 12: DÍA DE BONDAD
“Soy el Amor, la Bondad y la Misericordia... quiero que mis almas me traten con más intimidad... que tengan más amor que temor, que sepan que Yo las amo y que no duden. Sus miserias y sus faltas son las que inclinan hacia ellas mi Bondad.
Soy un abismo de Bondad y Misericordia. No dudes de la bondad, ni del amor de Mi Corazón. No te amo por lo que eres, sino por lo que no eres, porque así tengo dónde colocar mi grandeza y mi bondad.”
TU ALMA RESPONDE ASÍ A JESÚS:
Corazón de mi Amado Jesús:
Haz que sea apóstol de tu Bondad y de tu Misericordia.
Quiero dar a conocer a las almas tu Bondad.
Quiero que ninguno desconozca la Bondad de tu Corazón.
Que no dude nunca de la Bondad de tu Corazón.
Que derrame en torno mío los tesoros de tu Bondad.
Que te ame con ardor para corresponder a tu Bondad.
PRÁCTICA PARA ESTE DÍA:
No se te pase un día sin ofrecer algo al Corazón de Jesús. Algún fruto de tu vencimiento propio en beneficio del pobre, del triste, o del que te ha ofendido o despreciado.
ORACIÓN
¿Qué quieres, Jesús, de mí?
Me quieres dulce al amor
y fuerte en el padecer,
venciéndome para orar
y orando para vencer.
Me quieres de mí olvidado
y del mundo desconocido,
me quieres en tu amor perdido
y a tu amor sacrificado.
Me quieres todo entero,
como te lo prometí,
y Tú quieres vivir en mí.
Jesús y María,
mis dulcísimos Amores,
yo ofrezco cuando diga y haga en el día de hoy
porque reines
y quiero hacer todo con vos y para vos.
Amén.
UN CANTO A MI AMADO:
“El que canta ora dos veces”, decía San Agustín.
El canto es el afecto del corazón hecho música. Una hermosa manifestación hacia el ser amado.
Salmos 150
Salmo de alabanza
1 ¡Aleluya! Alabad a Dios en su santuario;
alabadle en su majestuoso firmamento.
2 Alabadle por sus hechos poderosos;
alabadle según la excelencia de su grandeza.
3 Alabadle con sonido de trompeta;
alabadle con arpa y lira.
4 Alabadle con pandero y danza;
alabadle con instrumentos de cuerda y flauta.
5 Alabadle con címbalos sonoros;
alabadle con címbalos resonantes.
6 Todo lo que respira alabe al SEÑOR.
¡Aleluya!
NECESITO DE TI, SEÑOR
RAmón Urbina
Necesito de Ti, Señor,
necesito de tu gran amor.
Necesito de Ti, Señor,
necesito de tu gran amor.
Necesito de tu misericordia,
de tu fuerza de amar,
Necesito de tu misericordia,
de tu fuerza de amar.
Mi corazón y mi alma
necesita de Ti, Señor
Mi corazón y mi alma
necesita de Ti, Señor
Necesita de Ti, mi amado,
necesita de Tu inmenso amor.
Necesita de Ti, mi amado,
necesita de Tu inmenso amor.