Día 13 - Corazón de Jesús- en quien habita toda la Plenitud de la Divinidad

Oración introductoria de cada día


Corazón amantisimo de Jesús digno de todo amor y de toda mi adoración; movido por el deseo de reparar y de lavar las ofensas graves y numerosas hechas contra ti, y para evitar que yo mismo me manche de la culpa ingrato, te ofrezco y te consagro enteramente mi corazón, mis afectos, mi trabajo y todo mi ser.

Por cuanto son pobres mis méritos, ¡oh Jesús!, te ofrezco mis oraciones, mis actos de penitencia, de humildad, de obediencia y de las demás virtudes que practicaré hoy y durante mi vida entera hasta el último suspiro.

Propongo hacer todo por tu gloria, por tu amor y para consolar a tu Corazón. Te suplico aceptes mi humilde ofrecimiento por las manos purísimas de tu Madre y Madre mía Maria.

Dispón de mí y de mis cosas,Señor,según el beneplácito de tu Corazón. Amén.

P. León Dehón

13.-OCASIONES PELIGROSAS

Hasta ahora hemos tomado del Corazón de Jesús aquellas palabras que condenan el pecado. Ahora Jesús quiere sugerirnos también el medio con el que podemos evitar la huida de las ocasiones peligrosas. No hay escapatoria.

¿Quieres huir del pecado?
 Debes necesariamente evitar las ocasiones. Reza, confiésate, pero si no huyes de las ocasiones peligrosas todo será tiempo malgastado. ¿Cuáles son las compañías que frecuentas? ¿Quizá se encuentran allí personas con las que permites confidencias que hacen llorar a tu ángel custodio? ¿Se encuentra acaso alguna persona que te insinúa dudas sobre la fe, que susurra palabras que repugna oírlas, que te aleja de tus prácticas de piedad?

¿Cuáles son tus diversiones? ¿ Son acaso ciertos lugares donde todos pierden la vergüenza, donde las pasiones se levantan impetuosas?



TU ALMA RESPONDE ASÍ A JESÚS:

Corazón de mi Amado Jesús:

Escóndeme en tu Corazón para que viva de alegría.
Que te ame siempre en paz y alegría.
Que sufra con alegría siempre y en todo.
Que goce de tu alegría hasta que me llene de eterno gozo.
Que mis sacrificios por las almas me den la alegría eterna.
Que las almas desprecien los goces terrenos para adquirir los eternos.


PRÁCTICA PARA ESTE DÍA:

No dejes ver a los demás las penas o preocupaciones que te agobien... Derrama alegría a tu alrededor... Facilita la vida a los que viven contigo.

IRRADIANDO A CRISTO
Oh, amado Jesús. Ayúdame a esparcir Tu fragancia por donde quiera que vaya. Inunda mi alma con Tu Espíritu y Vida. Penetra y posee todo mi ser tan completamente, que mi vida entera sea un resplandor de la Tuya. Brilla a través de mi y permanece tan dentro de mi, que cada alma con que me encuentre pueda sentir Tu presencia en la mía. ¡Permite que no me vean a mi sino solamente a Jesús!

Quédate conmigo y empezaré a resplandecer como Tú, a brillar tanto que pueda ser una luz para los demás. La luz oh, Jesús, vendrá toda de Ti, nada de ella será mía; serás Tú quien resplandezca sobre los demás a través de mi. Brillando sobre quienes me rodean, permíteme alabarte como más te gusta.

Permíteme predicarte sin predicar, no con palabras sino a través de mi ejemplo, a través de la fuerza atractiva, de la influencia armoniosa de todo lo que haga, de la inefable plenitud del amor que existe en mi corazón por Ti.
Amen.


UN CANTO A MI AMADO:

“El que canta ora dos veces”, decía San Agustín.
El canto es el afecto del corazón hecho música. Una hermosa manifestación hacia el ser amado.

Salmos 150
Salmo de alabanza

1 ¡Aleluya! Alabad a Dios en su santuario;
alabadle en su majestuoso firmamento.
2 Alabadle por sus hechos poderosos;
alabadle según la excelencia de su grandeza.
3 Alabadle con sonido de trompeta;
alabadle con arpa y lira.
4 Alabadle con pandero y danza;
alabadle con instrumentos de cuerda y flauta.
5 Alabadle con címbalos sonoros;
alabadle con címbalos resonantes.
6 Todo lo que respira alabe al SEÑOR. ¡
Aleluya!


GRACIAS, JESÚS
Rodrigo Sierra

Señor:
En este día la mirada he vuelto a ti,
ha sucedido lo que siempre imaginé
y que hoy comienzo a ver.
También
me has permitido venirte a agradecer,
el gran regalo que me diste al nacer,
la libertad para escoger
Hoy algo ha cambiado en mi,
siento que soy mucho más feliz.
Yo jamás podré mentir,
fue tu voz la que escuché
Hoy yo te pido que ilumines mi camino,
que mi destino consagres hoy, Señor Jesús,
que mi dolor sea razón para alabarte
y que a mis padres nunca les falte tu amor.
Gracias Jesús.