Día 19-Pidamos al Sagrado Corazón por nuestro Santo padre, el Papa



Oración introductoria de cada día

Corazón amantisimo de Jesús digno de todo amor y de toda mi adoración; movido por el deseo de reparar y de lavar las ofensas graves y numerosas hechas contra ti, y para evitar que yo mismo me manche de la culpa ingrato, te ofrezco y te consagro enteramente mi corazón, mis afectos, mi trabajo y todo mi ser.

Por cuanto son pobres mis méritos, ¡oh Jesús!, te ofrezco mis oraciones, mis actos de penitencia, de humildad, de obediencia y de las demás virtudes que practicaré hoy y durante mi vida entera hasta el último suspiro.

Propongo hacer todo por tu gloria, por tu amor y para consolar a tu Corazón. Te suplico aceptes mi humilde ofrecimiento por las manos purísimas de tu Madre y Madre mía Maria.

Dispón de mí y de mis cosas,Señor,según el beneplácito de tu Corazón. Amén.

P. León Dehón





19.-SED HUMILDES DE CORAZÓN

Cuando el Corazón de Jesús quiso enseñarnos algo de sí mismo, lo dijo con una sola frase: "Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón". Debe tener, pues, un gran esta humildad si Jesús la estimó de tal manera hasta anteponerla a todas las demás virtudes. Él recomienda la castidad, la caridad, la obediencia, pero ninguna de estas virtudes da el privilegio que da a la humildad con estas palabras: "Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón".

Los santos comprendieron bien esta sublime doctrina y no buscaron la santidad sino por4 medio de la humildad, persuadidos de que la humildad es el fundamento de todas las virtudes, el principio de toda gloria. La misma Virgen confiesa haber recibido insignes favores del Señor porque Él vio " la humildad de su esclava".


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PIDAMOS AL SAGRADO CORAZÓN, POR NUESTRO SANTÍSIMO PADRE EL PAPA

I-Hemos llegado ya, ¡ oh devotos del Sagrado Corazón! a la última novena de este su piadoso Mes. Hora es ya que pensemos en dirigirnos a El con nuestro fervor, para rogarle en estos últimos días por las necesidades más urgentes de la sociedad humana. Por las nuestras particulares hemos rogado, cada día y podemos seguir haciéndolo en el fondo de nuestro corazón. Por estas otras, debe ser pública y común, nuestra oración, como son ellas públicas y comunes. Dediquemos, pues, el día de hoy a rogar al Sagrado Corazón por nuestro Santísimo Padre el Romano Pontífice. Y ¿por cuál podríamos ofrecer con preferencia nuestra más eficaz oración? Es el Papa el centro de toda la vida católica sobre la faz de la tierra base de su edificio, cabeza visible del cuerpo espiritual de que es Cristo cabeza invisible.

Es, por lo mismo, el objetivo privilegiado de las más rabiosas iras del infierno. Alrededor de su trono rugen con sin igual furor todas las tempestades de la impiedad. Ora fieros y desembozados, le dirigen brutales amenazas sus enemigos; ora pérfidos y capciosos, le tienden astutas amenazas.

¿Y habrá quien se tenga por hijo fiel de la Iglesia y deje solo a su Padre y Pastor en esos tremendos combates y ¿Habrá quien no acuda al Sagrado Corazón por esta primera y más urgente necesidad de nuestros días?

¡Oh Sagrado Corazón de Jesús! Cubrid con vuestro escudo de protección a este Vicario vuestro, el primero de vuestros hijos, a quien habéis constituido en la tierra como Padre y Pastor de nuestras almas en lugar de Vos. Asistidle, defendedle, sacadlo vencedor de sus constantes enemigos. Lo son vuestros, los suyos, y cuando contra él Ir: se pelea, se pelea contra Vos.

¡Oh Sagrado Corazón de Jesús! Por nuestro venerable Pontífice, sed siempre, y en especial durante este mes, abogado y medianero nuestro ante el Padre Celestial!

Medítese unos minutos.

II- De todos los deberes del buen católico, el deber de rogar por el Papa es, sin duda, el primero y principal. ¿Qué familia hay en la cual los hijos no se crean obligados a prestar toda clase de auxilios al padre de ella? Aquí la gran familia es el Catolicismo, y el gran padre de ella es el Romano Pontífice; nosotros somos sus individuos, y los auxilios principales que necesita son los de nuestra fervorosa y constante adhesión.

Es cierto que quizá nos hemos portado como extraños o indiferentes? ¿Estamos seguros de haber cumplido siempre la obligación de buenos hijos? ¡Ah! tal vez habrá motivo para que se nos acuse sobre esto en el tribunal de Dios. No queramos, pues, permanecer ya en nuestra frialdad y olvido.

¡Oh Sagrado Corazón de Jesús! Este será mi grito constante en vuestra presencia: ¡Salvad al Papa! ¡Conceded el triunfo al Papa! Dad autoridad y fuerza a sus palabras; hacédselas respetar a ese mundo indócil a su voz; hacednos sobre todo a nosotros obedientes y sumisos a sus enseñanzas. Sean confundidos y disipados los que le quieren mal: vuelvan en sí los que han extraviado la evolución con sus doctrinas; tornen solícitas al amoroso Pastor las ovejas que se han apartado de su rebaño.

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ORACIÓN Y ACTO DE CONSAGRACIÓN

Rendido a vuestros pies, oh Jesús mío, considerando las inefables muestras de amor que me habéis dado y las sublimes lecciones que me enseña de continuo vuestro adorabilísimo Corazón, os pido humildemente la gracia de conoceros, amaros y serviros como fiel discípulo vuestro, para hacerme digno de las mercedes y bendiciones que generoso concedéis a los que de veras os conocen, aman y sirven.

¡Mirad que soy muy pobre, dulcísimo Jesús, y necesito de Vos, como el mendigo de la limosna que el rico le ha de dar! Mirad que soy muy rudo, oh soberano Maestro, y necesito de vuestras divinas enseñanzas, para luz y guía de mi ignorancia! ¡Mirad que soy muy débil, oh poderosísimo amparo de los flacos y caigo a cada paso, y necesito apoyarme en Vos para no desfallecer! Sedlo todo para mí, Sagrado Corazón: socorro de mi miseria, lumbre de mis ojos, báculo de mis pasos, remedio de mis males, auxilio en toda necesidad. De Vos lo espera todo mi pobre corazón. Vos lo alentásteis y convidáisteis cuando con tan tiernos acentos, dijisteis repetidas veces en vuestro Evangelio: Venid a Mí,... Aprended de Mí... Pedid, llamad... A las puertas de vuestro Corazón vengo pues hoy, y llamo, y pido, y espero. Del mío os hago, oh Señor, firme, :formal y decidida entrega. Tomadlo Vos, y dadme en cambio lo que sabéis me ha de hacer bueno en la tierra y dichoso en la eternidad. Amén.

Aquí se rezará tres veces el Padre Nuestro, Ave Maria y Gloria, en recuerdo de las tres insignias, cruz, corona y herida de la lanza, con que se apareció el Sagrado Corazón a Santa Margarita María Alacoque


SAGRADO CORAZON