El valor de la oración
La devoción al Sagrado Corazón
Santa Gertrudis, famosa mística de la Iglesia, experimentó los exquisitos y divinos latidos del corazón de Jesús y se preguntó por qué San Juan, que también se había reclinado en el corazón de Jesús en la Última Cena, nunca había escrito sobre su experiencia.
San Juan se le apareció en una visión y le respondió:
"Sí, escuché sus latidos y mi alma fue penetrada con su dulzura hasta en su centro mismo... no escribí sobre esto porque mi misión era escribir sobre la Palabra Eterna... Pues, ese lenguaje de las divinas pulsaciones del Sagrado Corazón de Jesús estaba reservado para tiempos posteriores, para que el mundo, desgastado por el tiempo, enfriado en el amor de Dios, pudiese calentarse al oír tales misterios".
Las experiencias místicas de Santa Gertrudis con el Sagrado Corazón de Jesús, así como las oraciones especiales que escribió en devoción a Él, están contenidas en el Heraldo del Amor Divino y La Vida y Revelaciones de Santa Gertrudis.
Esta es una oración conmovedora al Sagrado Corazón que la mística Santa Gertrudis escribió y que podemos rezarla todos los días de nuestra vida.
"Te saludo, oh Sagrado Corazón de Jesús, fuente viva y vivificadora de la vida eterna, tesoro infinito de la Divinidad, ardiente horno del amor Divino; Tú eres el lugar de mi reposo y mi refugio.1. Oraciones iniciales.
Enciende en mi corazón el fuego de ese ardiente amor con el cual el tuyo está inflamado.
Derrama en mi corazón las grandes gracias de las cuales tuya es la fuente, y concede que mi corazón esté tan unido al tuyo, que tu voluntad sea mía, y que mi voluntad sea eternamente conformada a la tuya, ya que deseo que, en adelante, Tu santa voluntad pueda ser la regla de todos mis deseos y todas mis acciones.
Amén."
Señal de la Cruz.
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Acto de contrición.
Jesús, mi Señor y Redentor: Yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón, porque con ellos, ofendí a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar, y confió en que, por tu infinita misericordia, me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. Amén.
2. Oración para confiar en el Sagrado Corazón
Amado Corazón de Jesús, Tú Permaneces como mi amante fiel y eterno, aunque yo vaya dando tumbos por el camino del amor, tu amor.
Quieres que yo dé mucho fruto, pero para eso debo vivir unido a Ti, unido a tu sacratísimo corazón y a tu Palabra que es la semilla que alimenta al mío. Dame de tu fuerza, de tu coraje, de tu amor y de tu perdón.
Necesito a diario esas cuatro cosas en mi vida para tener la dirección correcta.
Quiero hacer de mi vida una vida de servicio, obrar bien por los míos y por mi prójimo, desvivirme por ellos como Tú lo hiciste por mí. Al final de mis días eso es lo que contará, no mi prestigio, riqueza, poder o belleza.
Sé que quieres que construya mi vida sobre el amor que brota de tu Sagrado Corazón, que permanezca siempre firme y lleno de tu bondad.
Confío en que Tú me llevarás seguro con la fuerza sanadora que emerge de tu Corazón.
Confío en Ti, confío en tu amor, confío en que me ayudas y me regalas tu bendición en todos los momentos de mi vida.
Sagrado Corazón de Jesús, quiero amarte con verdadero amor. Amén.
3. Oración introductoria.
Sagrado Corazón de Jesús, necesito de tu fuerza que todo lo restaura, tu poder que sana y libera y conduce por nuevos caminos llenos de bendiciones.
Tú conoces lo que hay en mi corazón: quiero amarte y servirte, no porque sea un mandato, sino porque lo acepto como una petición de amor respetuosa y lleno de gozo por hacer tu voluntad, la cual, con ella siempre me diriges y quieres lo mejor para mí.
Sagrado Corazón de Jesús, quiero seguir tus pasos, vivir lo que Tú mismo viviste, amar lo que Tú amas, despreciar el mal que te aleja de mí.
Te amo, creo en tus mandamientos, que no son otra cosa que peticiones de amor que brotan de tu sagrado corazón. Amén.
Sagrado Corazón de Jesús en ti confío. Amén.
4. Meditación para el Día 15
El Corazón de Jesús y el valor de la oración.
Jesús invita, recomienda, impone la oración, une a ella toda gracia, toda bendición hasta la salvación eterna. Él mismo reza por todas partes y siempre: en el templo, en el Huerto de los Olivos, en el monte, sobre las aguas, en las plazas y en las sinagogas
San Pedro corre el peligro de hundirse en las aguas y reza; la oración lo fortifica. Marta y María piden llorando ante Jesús en la hora del dolor y la oración las consuela.
Rezan los Apóstoles en el cenáculo y la oración hace descender al Espíritu Santo con sus dones celestiales. Y tú, ¿cuándo rezas? ¿Solo cuando estás enfermo o cuando quieres que algo te salga bien?
Reza siempre porque siempre tienes necesidad de permanecer junto a tu Dios.
Rezar un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.
5. Oración final.
Amantísimo Corazón de Jesús, de Ti provienen abundantes gracias, misericordia y perdón, defiendes a los oprimidos, ayudas a los más débiles, rescatas a los que son despreciados
Sagrado Corazón de Jesús en ti confío. Amén.
4. Meditación para el Día 15
El Corazón de Jesús y el valor de la oración.
Jesús invita, recomienda, impone la oración, une a ella toda gracia, toda bendición hasta la salvación eterna. Él mismo reza por todas partes y siempre: en el templo, en el Huerto de los Olivos, en el monte, sobre las aguas, en las plazas y en las sinagogas
San Pedro corre el peligro de hundirse en las aguas y reza; la oración lo fortifica. Marta y María piden llorando ante Jesús en la hora del dolor y la oración las consuela.
Rezan los Apóstoles en el cenáculo y la oración hace descender al Espíritu Santo con sus dones celestiales. Y tú, ¿cuándo rezas? ¿Solo cuando estás enfermo o cuando quieres que algo te salga bien?
Reza siempre porque siempre tienes necesidad de permanecer junto a tu Dios.
Rezar un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.
5. Oración final.
Amantísimo Corazón de Jesús, de Ti provienen abundantes gracias, misericordia y perdón, defiendes a los oprimidos, ayudas a los más débiles, rescatas a los que son despreciados
Una y otra vez intervienes en cada una de mis debilidades, me acoges, me perdonas y me invitas a convertirme de corazón. Sagrado Corazón de Jesús, Tú lo sabes todo, Tú escudriñas la profundidad de nuestros corazones y ves nuestro interior, conoces mi debilidad.
Quiero aprender a perdonar y a pedir perdón, a reconocerme pecador y no juzgar a los demás, más bien acudo a Ti, que eres la fuente de la misericordia, para que pongas en mí la gracia de ser misericordioso.
Quiero sabe inyectar esperanzas en vez de condenas. Derrama tu amor en mi corazón para solidarizarme con todos. No permitas que sea indiferente ante las personas que necesitan de una palabra de consuelo.
Te suplico, Oh Dios mío, que extiendas tu mano en estos momentos sobre mis heridas y sánalas con tu inmenso amor. Eres el dueño de mi vida. Todo te lo entrego.
Sagrado Corazón de Jesús en Ti confío.
6. Meditación final.
El Sagrado Corazón de Jesús quiere inspirar a los corazones de hombres y mujeres de nuestros días para que puedan estar fortalecidos ante los continuos ataques de anti valores de esta sociedad y además infundirles un gran deseo de llevar a cabo grandes obras de las que se creen ser incapaces de realizar.
El Sagrado Corazón de Jesús le dijo a Santa Margarita María Alacoque: "Si quieres agradarme confía en Mí. Si quieres agradarme más, confía más. Si quieres agradarme inmensamente, confía inmensamente en Mí".
Sagrado Corazón de Jesús en Ti confío.
7. Enseñanza del Corazón de Jesús.
Durante los últimos siglos, y muy especialmente en el período en que los herejes, en nombre de una falsa piedad, se esforzaban por disuadir a los cristianos de recibir la Santísima Eucaristía, la veneración del Sagrado Corazón de Jesús comenzó a practicarse abiertamente, principalmente por los esfuerzos de San Juan Eudes, por algo se llama el Apóstol de los Sagrados Corazones de Jesús y María.
Oración de confianza al Sagrado Corazón para tiempos difíciles.
Sagrado Corazón de Jesús, manantial divino de paz y sosiego, dulce santuario de descanso, ven a mi vida a traer paz a mi alma y a fortalecer mi espíritu, especialmente en esta situación difícil que estoy atravesando.
- Nombra aquí tu situación -
Prometo, oh Manso y Sagrado Corazón, poner todas mis preocupaciones y miedos en la herida de tu costado, para ser atendido de acuerdo con tu perfecta voluntad, que solo desea el mejor y más alto bien para aquellos que recurren a ti.
Quiero aprender a perdonar y a pedir perdón, a reconocerme pecador y no juzgar a los demás, más bien acudo a Ti, que eres la fuente de la misericordia, para que pongas en mí la gracia de ser misericordioso.
Quiero sabe inyectar esperanzas en vez de condenas. Derrama tu amor en mi corazón para solidarizarme con todos. No permitas que sea indiferente ante las personas que necesitan de una palabra de consuelo.
Te suplico, Oh Dios mío, que extiendas tu mano en estos momentos sobre mis heridas y sánalas con tu inmenso amor. Eres el dueño de mi vida. Todo te lo entrego.
Sagrado Corazón de Jesús en Ti confío.
6. Meditación final.
El Sagrado Corazón de Jesús quiere inspirar a los corazones de hombres y mujeres de nuestros días para que puedan estar fortalecidos ante los continuos ataques de anti valores de esta sociedad y además infundirles un gran deseo de llevar a cabo grandes obras de las que se creen ser incapaces de realizar.
El Sagrado Corazón de Jesús le dijo a Santa Margarita María Alacoque: "Si quieres agradarme confía en Mí. Si quieres agradarme más, confía más. Si quieres agradarme inmensamente, confía inmensamente en Mí".
Sagrado Corazón de Jesús en Ti confío.
7. Enseñanza del Corazón de Jesús.
Durante los últimos siglos, y muy especialmente en el período en que los herejes, en nombre de una falsa piedad, se esforzaban por disuadir a los cristianos de recibir la Santísima Eucaristía, la veneración del Sagrado Corazón de Jesús comenzó a practicarse abiertamente, principalmente por los esfuerzos de San Juan Eudes, por algo se llama el Apóstol de los Sagrados Corazones de Jesús y María.
Oración de confianza al Sagrado Corazón para tiempos difíciles.
Sagrado Corazón de Jesús, manantial divino de paz y sosiego, dulce santuario de descanso, ven a mi vida a traer paz a mi alma y a fortalecer mi espíritu, especialmente en esta situación difícil que estoy atravesando.
- Nombra aquí tu situación -
Prometo, oh Manso y Sagrado Corazón, poner todas mis preocupaciones y miedos en la herida de tu costado, para ser atendido de acuerdo con tu perfecta voluntad, que solo desea el mejor y más alto bien para aquellos que recurren a ti.
Sagrado Corazón Jesús, solo tu amor es suficiente para librarme de la ansiedad, me rindo ante él; aferrándome a la esperanza de una rápida resolución, confiando en todas tus promesas. Amén.
Intenciones al Corazón de Jesús.
Santa Margarita María era una monja de clausura y para ayudarla a llevar a cabo la misión que se le había encomendado, Nuestro Señor le trajo a San Claudio de la Colombiere, un sacerdote jesuita, para que fuera su Director Espiritual.
Él fue el primero en creer en las revelaciones del Sagrado Corazón a Santa Margarita María.
Gracias a su apoyo, su superior también creyó, y comenzó la propagación generalizada de la devoción al Sagrado Corazón en la Iglesia Universal.
"Señor, Tú me hiciste pasar por muchas angustias, pero sé que Tú me restaurarás la vida; desde las profundidades de la tierra me volverás a levantar. Acrecentarás mi dignidad y volverás a consolarme. (Salmo 71,20-21).
Intenciones al Corazón de Jesús.
Santa Margarita María era una monja de clausura y para ayudarla a llevar a cabo la misión que se le había encomendado, Nuestro Señor le trajo a San Claudio de la Colombiere, un sacerdote jesuita, para que fuera su Director Espiritual.
Él fue el primero en creer en las revelaciones del Sagrado Corazón a Santa Margarita María.
Gracias a su apoyo, su superior también creyó, y comenzó la propagación generalizada de la devoción al Sagrado Corazón en la Iglesia Universal.
"Señor, Tú me hiciste pasar por muchas angustias, pero sé que Tú me restaurarás la vida; desde las profundidades de la tierra me volverás a levantar. Acrecentarás mi dignidad y volverás a consolarme. (Salmo 71,20-21).